PERÚ Geisha San Gabriel

En lo alto de San Miguel de Edén, en la provincia de Satipo (Junín), a 1.600 msnm, Juana Ramos Gabriel cultiva este Geisha excepcional en su finca San Gabriel, una parcela familiar nacida del esfuerzo y la constancia.

Juana creció entre cafetales, desde niña ha visto y aprendido el manejo del cultivo de café. Caficultora de tradición, desde muy pequeña sus padres le enseñaron a cultivar café y ha crecido y vivido toda su vida en zona cafetera. Años después, con 22 años de edad, junto a su esposo Antonio Valdez, logró establecer su propia finca, donde hoy cultiva variedades como Geisha, Caturra y Catimor con un enfoque en calidad, sostenibilidad y comunidad.

Perú es uno de los mayores exportadores de variedad Arábica en el mundo. La historia cafetera del país comienza en el siglo XVIII, pero no fue hasta finales del XIX cuando se consolidó la producción con fines comerciales. A lo largo del siglo XX, el café de convirtió en un motor de desarrollo rural, impulsado por cooperativas y políticas de agricultura familiar. hoy, los cafés peruanos destacan por su diversidad geográfica, sus elevadas altitudes y suelos fértiles, con un perfil limpio, afrutado y floral de gran calidad. 

Motivados por mejorar la calidad de vida de toda su familia, ya que el café ha sido un producto que les ayuda a tener mejores ingresos económicos, en los últimos años Juana ha participado en concursos de café especiales logrando obtener buenos puntajes en taza. 

Este Geisha ha sido procesado por vía lavada, el método más utilizado en Perú. Las cerezas se despulpan y fermentan en seco, luego se lavan cuidadosamente y se secan al sol en camas elevadas. Este proceso resalta la claridad y elegancia natural del grano, conservando su acidez viva y estructura fina.

El resultado en taza es sutil y expresivo: fragancia floral enzimática con notas de flor blanca como el jazmín, base achocolatada, almendra en boca y una dulzura marcada. Cuerpo sedoso, acidez jugosa y un final suave y persistente.